
Curtidores de cuero de Fes (Marruecos)
La plaza está llena de grandes cubetas de piedra, de tonos teja y blanco, donde hay hombres lavando y frotando vigorosamente las pieles. El oficio de curtidores es uno de los más duros de Marruecos, ya que, aunque los curtidores tengan una vara con la que remover las pieles en el interior de la cubeta, a veces suelen meterse en el interior. Cuando se han lavado las pieles de los animales —de camello, cordero, buey, cabra o dromedario—, se extienden cubiertas de sal en los tejados hasta que se sequen. Una vez secas, son introducidas en las cubetas de color blanco. El fuerte olor del líquido que contienen —una mezcla de cal, heces de paloma, cenizas y orina de vaca con la función de dar firmeza a las pieles— inunda toda la plaza. En las cubetas rojizas, las pieles son sumergidas de nuevo en una pasta de higo y aceites que las dota de suavidad, flexibilidad y color. Por último, el proceso de secado tiene lugar en los tejados de las casas circundantes. Y entonces las piezas ya están listas para convertirse en una variedad de productos, desde bolsos, zapatos o cinturones, hasta objetos de decoración para el hogar.
“ El cuero envejece con gracia y explica una historia que sólo el tiempo puede revelar
— Anónimo
El curtido de pieles es uno de los oficios más antiguos del mundo. Se originó en el sur de Asia entre el 7000 y el 3300 aC. Egipcios, griegos y romanos perfeccionaron las técnicas de curtido y empezaron a utilizar el cuero para hacer sandalias, escudos, armaduras y otros artículos. En Europa, el trabajo del cuero se convirtió en un oficio respetado, con gremios que regulaban la calidad y producción de las piezas. Hoy en día, en los territorios desarrollados, este tipo de trabajo ha sido sustituido por técnicas industriales, pero en muchos países en desarrollo es todavía una práctica artesanal transmitida de generación en generación. En la ciudad de Fez, donde 23.000 artesanos se dedican, el curtido y tratamiento del cuero es uno de los oficios tradicionales que han resistido a la extinción.
La artesanía del cuero no es sólo una importante fuente de ingresos para las comunidades, sino también una forma de expresión cultural y artística. Los diseños y técnicas utilizadas a menudo reflejan la identidad cultural de una región, como la talabardera de México, que es otro lugar de producción de objetos de cuero reconocido mundialmente. Los patrones, colores y estilos suelen tener significados específicos y simbólicos. Sin embargo, la curtiduría debe hacer frente a desafíos ambientales importantes, como por ejemplo la sustitución de las sales de cromo, que son muy nocivas, y que se utilizan en los métodos tradicionales de curtido.



Curtidores de cuero de Fes (Marruecos)