El bazar de Sofía

Bazar de Amman (Jordania) 

Cada día se consumen millones y millones de productos en todo el mundo. Detrás hay industrias fuertes y complejas que incluyen la producción, el transporte —incluso de continente a continente—, el almacenamiento o la comercialización, entre otros muchos factores. El desarrollo brinda a los consumidores un acceso sin precedentes a bienes y servicios, y no puede ponerse en duda que contribuye decisivamente al progreso de muchas comunidades y a la reducción de las desigualdades entre los países. Sin embargo, los modelos actuales de producción, comercio y consumo plantean desafíos ambientales y sociales que no pueden obviarse.


Por un lado, casi 800 millones de personas viven todavía en una situación de extrema pobreza, con dificultades para satisfacer las necesidades más básicas como la salud, la educación o el acceso al agua potable y a los alimentos. Por otra parte, muchas sociedades están inmersas en una versión poco amable del consumo, el consumismo, que empuja a los consumidores a adquirir compulsivamente más y más productos, incluso cuando no son necesarios. Este comportamiento, del que depende en gran medida el sistema económico actual, tiene graves consecuencias para la salud del planeta, ya sea por la explotación de recursos que comporta, como por la gran cantidad de residuos que genera.


Para 2050 se prevé que la población mundial será de 9.600 millones, 2.000 millones más que la actual. Si los patrones de consumo no cambian, la humanidad necesitará de tres planetas para abastecer la demanda de tantas personas. En este contexto, el Bazar de Sofía propone un viaje fotográfico a través de los diferentes engranajes que conforman la rueda del consumo, con el objetivo de aportar elementos para la reflexión que contribuyan a la construcción de un mundo socialmente más justo, y ambientalmente más sostenible, de acuerdo con los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.