
Los artesanos tuvieron un papel clave en el desarrollo de las civilizaciones antiguas. En Mesopotamia, Egipto, Grecia o Roma producían cerámica, tejidos y otros objetos de uso diario, así como joyas, obras de arte y ornamentos para las edificaciones, templos y monumentos. Esculturas, relieves, mosaicos y objetos artísticos adornaban lugares de culto y representaban la riqueza y grandeza de los imperios. Los artesanos plasmaban en sus obras los símbolos y motivos que reflejaban la identidad, creencias o valores de la sociedad. Ocupaban una posición social respetada. Su habilidad y conocimiento eran muy valorados y con frecuencia eran bien recompensados por sus trabajos. También contribuyeron a la construcción de las infraestructuras urbanas, como puentes, acueductos, calles empedradas o sistemas de alcantarillado que permitieron la evolución de las ciudades.
La evolución de la artesanía fomentó el desarrollo del comercio. Muchas civilizaciones antiguas consolidaron rutas comerciales de larga distancia que, además de facilitar el intercambio de productos, supusieron la difusión de conocimientos y el enriquecimiento cultural de la humanidad. La artesanía también ejerció de vehículo para la transmisión de tradiciones y creencias, contribuyendo a la riqueza y diversidad del pensamiento humano.
“ La artesania es la expresión más pura del arte
— Elbert Hubbard

Templo de Petra excavado en la roca (Jordania)
Petra fue una próspera ciudad fundada en la actual Jordania alrededor del siglo VI a. C. por los árabes nabateos, una tribu nómada que se estableció en la zona y la convirtió en un importante centro comercial. Los nabateos cortaron la ciudad en los acantilados de piedra arenisca roja, creando casas, tumbas, templos y un complejo sistema de gestión del agua que les permitió sobrevivir en medio del desierto. La ciudad está considerada como una de las siete nuevas maravillas del mundo desde el año 2007, y desde 1985, es patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Templos de la Antigua Grecia